Más que "identificarse contigo"
Con consolación
Consuelo no es un “discurso optimista” que te insta a tener paciencia, resignarte o que seas fuerte. No es una explicación de por qué suceden cosas malas, ni un intento por convencerte de que no debieras estar triste. Ni siquiera es un montón de palabras positivas acerca de que Dios está en control de las cosas, ni una promesa de que todo terminará bien. A su debido tiempo, todas estas cosas pueden ser de ayuda, pero no quitan nuestra necesidad urgente de recibir consuelo.
Una manera en que Dios da su consuelo es a través de las personas. Recibes consuelo cuando sabes que no estás sufriendo solo, cuando alguien te acompaña en tu tristeza y te dice que lo que te está pasando a él también le duele. Pablo dijo: “Gozaos con los que se gozan. Llorad con los que lloran” (Romanos 12:15).
Cuando tus seres queridos sufren, sé el amigo que consuela. Quédate cerca de ellos en su momento de dolor, y hazles saber que sufres con ellos. Y cuando tú necesitas consuelo, está bien pedirlo. Es la manera como Dios quiere consolarte cuando sufres.
Cuando la muerte se lleva a un ser querido, o cuando sufres cualquier otra tragedia que te cambia la vida, necesitas más que solamente consuelo para superar el dolor.
Tema para comentar: ¿Qué otros tipos de ayuda necesita el amigo que sufre?
Aquí va uno importante: Apoyo. Este es otro tipo de ayuda que puedes brindarle al amigo que sufre. Y es el tipo de ayuda que a muchos nos resulta fácil ofrecer. Pero, ¿qué diferencia hay entre consolar y apoyar? Fíjate en lo siguiente:
Uno brinda consuelo cuando comparte el dolor emocional del que sufre.
Uno brinda apoyo cuando lo ayuda de maneras prácticas.
La vida no se detiene después de un tragedia. Pero las profundas emociones que sientes te quitan toda la energía para seguir adelante. Cuando sufres, por lo general necesitas ayuda por un tiempo simplemente para poder realizar las tareas normales. Necesitas a otros para que te ayuden a llevar la carga.
Quizá no quieras admitir que necesitas ayuda. Pero no rechaces el apoyo que los demás te ofrecen. Dios puso Gálatas 6:2 en la Biblia porque sabe que hay momentos cuando necesitamos el apoyo de otros. Cuando suceden cosas malas, ese es el momento de dejar que otros nos den una mano, por ejemplo, que nos ayuden con las tareas escolares. Es una de las grandes ideas de Dios para satisfacer nuestras necesidades cuando más las necesitamos.
Pero, ¿qué pasa si necesito algo y nadie se acerca para ayudarme? Pide ayuda. No tiene nada de malo contarle lo que necesitas a un amigo de confianza o a un líder de la iglesia, y explicarle exactamente qué tipo de ayuda necesitas.
Dios no te diseñó para superar solo los momentos más difíciles de la vida. No puedes sobrevivir sin el consuelo y el apoyo de otros. Después de un tiempo, tus necesidades no parecerán tan graves como al principio, pero no esperes que las cosas enseguida vuelvan a ser como eran antes. ¡Deja que tus amigos y familiares te cuiden todo el tiempo que los necesites!